Llegan septiembre, la primavera y el momento ideal para planear renovar el guardarropa. Una vez más, la moda ética se presenta como una opción que además de incorporar diseños sorprendentes también cuida el medio ambiente y a todas las personas que intervienen en la cadena productiva.
Cúbreme es una firma nacional que desarrolla sus colecciones a partir de los principios del comercio justo y utilizando fibras naturales para confeccionar cada prenda. “Nosotros queremos invitar al uso de los hilados orgánicos y naturales. Las fibras animales que usamos son obtenidas de la esquila de especies domésticas (ovinos, camélidos y caprinos) de la región andino-patagónica y andino-cuyana. Estos animales son criados por pequeños productores de manera natural; es decir, viven al aire libre y corren por el monte”, explica Alejandra Gottelli, una de las diseñadoras y fundadoras de la marca.
Esta propuesta emplea algodón agroecológico que es producido y recolectado en Chaco y Corrientes por pequeños productores elegidos especialmente, pues trabajan su tierra teniendo en cuenta la biodiversidad, procurando con su labor mantener la soberanía alimentaria de las familias y de la región, ya que allí la comunidad desarrolla un papel de mucha importancia.
Estas fibras se transforman en telas gracias al uso de telares manuales; cada prenda es terminada en talleres de sastrería que le dan el toque de alta costura que la colección muestra. “Con estos pasos logramos una pequeña cadena de producción, siempre usando recursos renovables y contribuyendo al mejoramiento social, económico y ambiental”, afirma Gottelli.
Para la temporada que está por empezar Cúbreme propone vestidos 100 por ciento de algodón orgánico. En el invierno, los abrigos de fibras naturales que lucen sus colores originarios son representativos de esta marca.